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Programa

Formación Superior

Las bases del programa que presento se construyen, en cuanto a la función formativa de nuestra Institución, en un conjunto de reflexiones y de líneas de actuación en torno a los dos temas centrales que, en mi opinión, la configuran: qué enseñar, -respondiendo a los retos de la sociedad- y cómo mejorar los procesos de gestión de la formación.

El primer tema, qué enseñar, debe dividirse en dos grandes apartados: el catálogo de las enseñanzas oficiales, y el resto de enseñanzas que la Universidad puede y debe poner al servicio de la sociedad.

En cuanto al actual catálogo de títulos oficiales tenemos que abordar dos grandes retos en el período 2016 – 2019.

Por un lado, la Universidad deberá renovar la acreditación de la totalidad de sus títulos oficiales de grado y máster, y desarrollar el seguimiento de sus títulos de doctorado. En concreto, 69 títulos vencen su primer período de acreditación en 2016, 14 en 2017, 16 en 2018, y 39 en 2019. Esta tarea será fundamental para asegurar la vigencia de nuestro catálogo oficial y deberá desarrollarse a partir del conocimiento adquirido en este pasado curso. Además, la actuación debe incluir tres elementos adicionales dirigidos a mejorar, simplificar y optimizar la actividad. En primer lugar, el Sistema General de Calidad de los títulos debe renovarse, mediante el diseño, en colaboración y consenso con los Centros, de una nueva versión más integradora, automática y directa. En segundo lugar, se debe simplificar el procedimiento, mejorar las aplicaciones al servicio de los Centros, y reducir los trámites y el número de Comisiones. Y en tercer lugar, los informes y los resultados obtenidos respecto de cada titulación deben ser ampliamente considerados para el diseño y desarrollo de actuaciones conjuntas que permitan acciones concretas de mejora que justifiquen y demuestren la utilidad del sistema. En este sentido, se deberá analizar y valorar la participación de títulos de la Universidad de Sevilla en sistemas de acreditación adicionales a escala nacional e internacional.

Por otro lado, la Universidad deberá reflexionar acerca del modelo y estructura de sus enseñanzas. Es una cuestión ineludible tras la publicación del Real Decreto 43/2015, por el que se modifica el Real Decreto 1393/2007 que establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. Aunque es cierto que la Junta de Andalucía ha expresado, con un amplio consenso de las universidades públicas andaluzas, la voluntad de aplicar una moratoria al citado Real Decreto, y en parecidos términos se ha manifestado la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, también es cierto que ya existen, en el territorio nacional, memorias de verificación de grados de tres años en proceso de evaluación. La Universidad de Sevilla debe liderar un análisis profundo, de naturaleza académica e idealmente en conexión con todo el sistema universitario público andaluz, que examine las ventajas e inconvenientes de una nueva reforma de la estructura de las enseñanzas oficiales, partiendo de una valoración de los efectos que el nuevo sistema ha causado. Por su carácter generalista y la amplitud de su catálogo de títulos, la Universidad de Sevilla está llamada a liderar un proyecto de esta naturaleza. De los resultados de este análisis se extraerán las conclusiones fundamentales sobre la estructura más idónea de las enseñanzas oficiales para las próximas décadas de este siglo.

En cuanto al resto de las enseñanzas que la Universidad pone al servicio de la sociedad, el próximo período de gobierno deberá afrontar una actuación general de reorganización en su gestión, así como de desarrollo de actividades formativas que permitan dotar a la comunidad universitaria de competencias lingüísticas:

En la primera de las direcciones, el Centro de Formación Permanente, estructura de referencia nacional en cuanto a formación continua, debe coordinar el conjunto de las actividades formativas no oficiales de la Universidad; esto es, las desarrolladas actualmente en el propio Centro, en el Aula de la Experiencia, en el Instituto de Ciencias de la Educación, en el Instituto de Idiomas, en el Programa Study Abroad y en el Servicio de Formación de nuestro Personal de Administración y Servicios. Esta presentación centralizada de las enseñanzas permitirá, además de una visualización completa del conjunto de acciones formativas, un aumento de la eficiencia, una mayor coordinación, y una mejora en los resultados globales de las actividades.

Respecto a la formación en idiomas, hay que adaptar el Plan de Política Lingüística de la Universidad de Sevilla (Plan PLUS) a las nuevas necesidades sociales y consolidar el Instituto de Idiomas como referente en la enseñanza y acreditación de idiomas. La primera de las actuaciones es esencial en la línea estratégica de este periodo en relación al plurilingüismo y la interculturalidad en la Universidad. Para ello y por ello, la internacionalización se presenta como un objetivo transversal y esencial en cualquier proceso académico que permita desarrollar mecanismos de enseñanza y aprendizaje en las competencias lingüísticas de la toda comunidad universitaria. El Instituto de Idiomas es el instrumento principal para alcanzar los objetivos expresados, a la vez que determinante en cuanto a la acreditación lingüística de nuestros estudiantes de Grado. Asimismo, el Instituto debe consolidar las acreditaciones reconocidas por la Confederación Europea de Centros de Lengua de Educación Superior para sus distintas enseñanzas y convertirse en referencia en el sistema andaluz a tales efectos.

El segundo tema central relacionado con la función formativa, cómo mejorar la gestión de la formación, incluye tanto una reflexión sobre el instrumento actualmente existente —el Plan Propio de Docencia— como un posicionamiento sobre un conjunto de realidades o cuestiones académicas que han ido apareciendo conforme el nuevo catálogo de enseñanzas se implantaba.

El Plan Propio de Docencia, que termina ahora su segunda edición, ha avanzado, respecto de la primera, en la presentación de una actuación general de las acciones planteadas. Sin embargo, su ejecución ha mostrado, como principales inconvenientes, un extenso número de convocatorias independientes, una excesiva atomización de las acciones no siempre adecuadamente coordinadas, y unos plazos de ejecución que han dificultado, en determinadas acciones, su correcto desarrollo. La tercera edición, que deberá aprobarse en el primer trimestre del 2016, debe corregir estas limitaciones para convertirlo en una plataforma ágil en los tiempos y en los procesos, al servicio de docentes, estudiantes y personal de administración y servicios, sencilla en su uso y útil para alcanzar los objetivos que requiere el normal desarrollo de la actividad formativa de la Universidad.

Por otro lado, se destacan a continuación las cuestiones académicas más relevantes suscitadas en el transcurso de la implantación del nuevo catálogo oficial de títulos:

Para facilitar la transición entre ambos sistemas de enseñanzas, se pusieron en marcha dos planes encaminados, de una parte, a facilitar la terminación de las titulaciones a aquellos estudiantes que aún se matriculan en las titulaciones en proceso de extinción —el Sistema Específico de Extinción de los anteriores títulos (SEET)— y, de otra, a permitir el acceso a las nuevas titulaciones a aquellos egresados de las anteriores titulaciones LRU de grado medio –la implantación de los Itinerarios curriculares concretos (ICC)-. El primero de ellos, el SEET, deberá seguir aplicándose en el próximo período de gobierno con una tasa de éxito similar o superior a la obtenida hasta el momento, un 75% de aprobados –de un total de 1.507 matriculaciones-. Se requiere, en esta línea, realizar una revisión de las tablas de adaptaciones actualmente existentes, adelantar los períodos de publicación de las diferentes actuaciones del proceso y mejorar el procedimiento de inclusión de las asignaturas en los planes de asignación del profesorado. El segundo, ICC, se desarrolló a petición de numerosos egresados y se puso en marcha para un total de 14 titulaciones de Grado. Sin embargo, la reducida demanda de las plazas ofertadas, posiblemente debido a las correspondencias a los niveles del Marco Español de Cualificaciones que los antiguos títulos están recibiendo en los sucesivos acuerdos del Consejo de Ministros, aconseja una revisión y un análisis de la eliminación de esta oferta.

Las nuevas titulaciones implantadas al amparo de lo establecido en el Real Decreto 1393/2007 incluyeron en sus memorias, como elementos especialmente innovadores, tanto la realización de prácticas externas, el compromiso con la empleabilidad de los futuros egresados, y la elaboración y defensa de un trabajo fin de carrera en las titulaciones de grado y máster, orientado a la evaluación de las competencias asociadas al título. Su puesta en marcha ha ido acompañada de numerosas incidencias y dificultades que, incluso, determinaron la petición de un análisis por parte de la Comisión de Proyectos Normativos con el propósito de realizar determinadas modificaciones en su regulación. Es muy conveniente llevar a cabo en el próximo período de gobierno una reflexión profunda de ambas cuestiones. Propongo, para iniciar este análisis conjunto y posterior diseño de estrategias de mejora, la celebración de jornadas sobre estos temas que permitan, mediante la participación de todos, alcanzar unas conclusiones para resolver satisfactoriamente los diversos problemas detectados.

Adicionalmente al desarrollo y puesta en marcha del nuevo escenario académico, el desarrollo de las nuevas tecnologías y recursos docentes, junto con la aplicación de las crecientes normas de reconocimiento y seguimiento de las actividades realizadas, han ocasionado un aumento de la complejidad de las aplicaciones informáticas en los últimos años que merecen una reflexión rigurosa. Debe elaborarse un plan general de simplificación e integración de las mismas y será clave que en el transcurso del próximo período de gobierno dicho plan reduzca las duplicidades existentes, simplificando las tareas de docentes, discentes e investigadores, y centralizando el almacenamiento, organización y acceso a la totalidad de los datos.

Por último, y en el ámbito del posgrado, la implantación de las nuevas titulaciones de másteres y doctorado ha puesto de manifiesto un conjunto de dificultades y de oportunidades que deben ser examinadas y atendidas. En primer lugar, el acceso a los másteres muestra inconvenientes en sus calendarios y procedimientos dentro del Distrito Único Universitario Andaluz, y presenta diferentes disfunciones, especialmente en el caso de los másteres profesionalizantes, tanto en la relación oferta/demanda como en los requisitos de acceso. Todo ello debe ser revisado, en coordinación con el resto de las universidades públicas andaluzas; y se deberá elaborar un plan específico de actuación. En segundo lugar, la naturaleza interdisciplinar de numerosos másteres ya aconsejó la creación, en el mandato anterior de gobierno, de una estructura estratégica para su gestión: la Escuela Internacional de Posgrado. En el próximo mandato de gobierno es preciso reforzar su papel y facilitar su coordinación y cohesión con la Escuela Internacional de Doctorado. Será necesario desarrollar un plan que permita una reorganización eficiente de los recursos, una visualización coherente y conjunta de los estudios oficiales de posgrado y el aumento de la demanda internacional de nuestros títulos. Actuaciones que faciliten y aumenten la movilidad y que incrementen nuestro catálogo de dobles titulaciones nacionales e internacionales, con la participación de la Universidad de Sevilla en los programas internacionales más prestigiosos, serán claves para alcanzar estos objetivos.